TMS es el acrónimo de Transport Management System, un software dedicado a la gestión del transporte muy utilizado en el sector. Este software permite a los equipos de tráfico y operaciones controlar y optimizar los flujos de transporte y logística, controlar los vehículos, asignar las cargas, gestionar incidencias y reflejar costes.
Pero esto que es tan esencial, es el principio de un efecto «Frankenstein» que ocurre de forma muy recurrente en un número muy elevado de empresas de transporte, y es que alrededor de este programa de gestión, suele generarse un ecosistema muy variopinto de distintos programas para la facturación, la administración, la gestión comercial, la gestión de costes o la atención al cliente.
El problema surge cuando se plantea que el TMS queda completamente desactualizado (hay compañías que trabajan con torres de control o gestión que tienen más de 2 décadas). Y es que los tiempos actuales, donde la transmisión de la información es esencial no solo con los otros departamento o delegaciones/corresponsales, sino también con los clientes, muchos TMS no dan la talla.
Ante la situación, es cuando la empresa de transporte se da cuenta el «tetris» que tiene montado, y ven horror que meter mano a la situación es ciertamente complejo, por lo que se suele construir un muro sobre la situación que lo que hace es perpetuar el TMS y los programas que se utilizan hasta que la situación ya no es sostenible.
Todo esto es fruto de una falta de planificación estratégica sobre los recursos de software y de la gestión del dato. Esto ha sido algo completamente ajeno al sector del transporte hasta los tiempos actuales, y es que lo importante era sacar paquetes, hacer viajes, facturar.
Es comprensible, pero las empresas de transportes deben de comenzar a tener claro que las herramientas con las que trabajan, son desarrollos que tienen fecha de caducidad si no quieren quedar fuera del mercado. Algunas de esas empresas harían mejor dejar de hablar en redes de tecnologías como la Inteligencia Artificial y similares, y enfocar primero una buena estrategia de gestión del dato, y luego una buena gestión de los recursos de software.
Y es que en pleno año 2025, sigue sin hacerse concebible que muchas empresas continúen trabajando sus planificaciones o gestiones de transporte en una hoja Excel, con todos los respetos a uno de los programas más versátiles que puedan existir, pero que no está hecho para lo que muchos lo utilizan.
Eso sí que sería empezar a cambiar el sector y su tecnología.
Carlos Zubialde
info@carloszubialde.com





Buena reflexión y, por desgracia, muy cierta, Carlos. Me he encontrado con muchas empresas tratando su TMS como una reliquia intocable, lleno de parches y sistemas heredados, en lugar de afrontar el cambio.
El problema no es solo técnico, es cultural: el miedo a mover lo que «más o menos funciona» acaba saliendo caro. Muchas veces no es desconfianza en la tecnología, sino en su propia capacidad de adaptación. «Necesitamos tiempo para ajustar procesos y formar equipos», dicen… y así pasan los meses e incluso los años.
¡Muchas gracias por la aportación Steven!
La gestión única del dato, no es un tema «único» de las empresas de transportes, pero en este caso cada km cuenta, y tener la información correcta para la mejora gradual de la empresa es más que necesario para una buena salud financiera de la empresa. La integración vertical de todos los sistemas es más que necesario y todos los actores del ecosistema necesitamos alinearnos para dar «valor» a nuestros clientes.
Muy cierto Dani, la «unificación» del dato es fundamental para no terminar teniendo una imagen completamente desdibujada de lo que se produce