Después de ya un largo tiempo desde que las autoridades europeas pusieran el ojo en que el sector del transporte se tenia que descarbonizar, y que la única salida era electrificar la flota, el tiempo va dando la razón a quienes no lo tenia tan claro.

Entre ellos esta IRU, la asociación de transporte europea, que una vez más ha dicho que los objetivos de obligar a electrificar la flota ignaora completamente la realidad tanto del mercado del sector como las distintas situaciones que se están produciendo. No dicen estar en contra de que el sector sea más sostenido, coinciden en que el objetivo debe de ser cero emisiones en la UE, pero no a cualquier precio, y menos “pasando por el aro” del camión eléctrico.

La IRU apoya plenamente la transición hacia vehículos de cero emisiones, pero insiste en la necesidad de priorizar medidas habilitadoras claras, que sean rentables, viables para las pymes y que reflejen la realidad operativa del sector, algo que viene diciendo y defendiendo hace tiempo, y que cada vez tiene más fuerza, y es que las matriculaciones de camiones eléctricos son simbólicos cuanto menos.

Esta claro que si tu obligas en lugar de ayudar, el mercado te da la espalda, y en la transición hacia el camión eléctrico es lo que esta ocurriendo. En igualdad de condiciones sería posible, pero es que el camión de combustión sigue siendo una mejor alternativa operativa y económica para el sector del transporte hoy día, pese a quien le pese en la UE.

Obligar a comprar cuando no hay alternativas, es algo que queda automáticamente desechado, como los camiones eléctricos para hacer rutas de transporte internacional por ejemplo. La falta de autonomía y de una red para carga ultrarrápida para camiones lo hace inviable por el momento.

Si obligas a las pymes de transporte a hacer esa inversión obligatoria, es la condena para un sector muy castigado y con márgenes cada vez más a la baja, mientras los costes suben. El riesgo de más cierres y despidos están encima de la mesa, además de seguir adelgazando un sector que cada vez es más fundamental para la economía d la Unión.

La apuesta esta encima de la mesa, pero si la UE quiere que sea una realidad a futuro la descarbonización del sector del transporte, deben de acelerar una mejor infraestructura con estaciones de carga para camiones, preparar la red eléctrica europea para el consumo que requerirá el sector, apoyar financieramente esa transición desde la neutralidad tecnológica, y sobre todo, flexibilizar las directivas y operativas de pesos y dimensiones.

Todavía queda mucho trabajo por delante.

Carlos Zubialde

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