No es que el sector del transporte y la logística sea el más puntero en innovación y tampoco el que menos aplica, se estima que aproximadamente el 10% de las empresas tienen algún desarrollo tecnológico relacionado con Inteligencia Artificial.

Es llamativo, y mucho, como se suelen rechazar potenciales proyectos tecnológicos. La lista de «excusas» suele ser larga y variopinta, pero sobre todas ellas la que no se dice, pero sobrevuela siempre, es el miedo.

El sector del transporte implanta avances tecnológicos, siempre primero por una cuestión endogámica, por necesidad propia de los sistemas de producción, por control. Después, es posible que esos avances sean compartidos con el cliente. Es posible….

Uno de los casos más significativos son todos los desarrollos relacionados con el control de envíos, el control de flota y vehículos. Todos ellos, sin excepción, tienen un primer nivel de control interno. Conocer donde se ha podido perder un envío, donde está situado un camión o una furgoneta, no tiene mucho que ver para el cliente, lo tiene para la propia empresa de transporte y logística.

Y luego, una vez que tienen esa información, la comparten con los clientes, pese a que estos no le hagan mucho caso, y es que hoy día, pese a tener toda esa información a una distancia de un clic, el cliente sigue preguntando por teléfono o por email sobre la situación de un envío o de un camión. El nivel de uso de webs y similares por parte de los clientes, sigue siendo reducido.

Pero retomando el miedo como elemento central, para que este sea superado, se deben de dar dos condiciones: la primera, que el propio equipo de decisiones (directivo normalmente) tenga el valor de desterrar ese miedo, sobre todo personal de que la situación pueda superarles. Y el segundo, incorporar un facilitador, ojo, no un perfil de «transformación digital», que es un error, lo que se precisa es un «interprete estratégico», que sea capaz de conectar el mundo técnico y el de los negocios.

Este perfil incluso puede ya estar en las empresas, hay que investigar, porque es más un traductor, alguien que puede poner encima de la mesa caminos y opciones que puede necesitar el propio negocio del transporte o la empresa en concreto.

Estoy seguro de que muchas organizaciones y empresas de transporte tienen ese perfil en sus filas y no lo saben. Y eso, es un desperdicio.

Carlos Zubialde

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